GABRIEL JARABA</strong></p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>El partido socialista ha ganado las elecciones y nada volverá a ser lo mismo. Tanto si ERC, con la que ha empatado en escaños, busca gobernar con JxC con el apoyo de CUP, como si durante los próximos días asistimos a uno de los <strong>espectáculos de luz y de color</strong> a los cuales nos tiene acostumbrados la política catalana, habrá cosas que cambiarán, tanto a corto como a largo plazo. No olvidemos que el partido de <strong>Carles Puigdemont</strong> ha quedado tercero y ahora <strong>es ERC quien lidera el nacionalismo.</strong> Sí, el secesionismo ha aumentado en porcentaje de votos pero el debilitamiento de JxC y la nueva posición de ERC pueden dar lugar a ciertos cambios. Uno de los interrogantes que planteaban estas elecciones era en manos de quien quedaría el liderato del nacionalismo, y la respuesta es que en manos de ERC… si es capaz de tomarlo efectivamente.</p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>Las personas que querían pasar página del procés y han votado PSC pueden creer que el empate a escaños con ERC frustra la posibilidad de frenar y revertir el movimiento secesionista. El mismo <strong>Salvador Illa </strong>advirtió durant la campaña que una victoria suya <strong>no implicaría volver del revés una situación</strong> que tiene raíces históricas, culturales y sociales que se hunden más profundamente que la composición de un parlamento. Y se puede decir que <strong>la trinchera que un día se empezó a abrir en el cuerpo social del país parece ya establecida. </strong>A pesar de todo ello, hay que entender que la <strong>nueva y reforzada presencia del PSC en el Parlamento</strong> representa cosas muy importantes que van más allá de los juegos y pactos actuales por la composición del Consell Executiu.</p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>Si gobierna una mayoría secesionista, tendrá delante y a la contra <strong>una verdadera y sólida fuerza de oposición, duradera y enraizada en una realidad sociopolítica profunda. </strong>Como decíia Illa en campaña, <strong>Catalunya ha vuelto:</strong> en su diversidad, en la pluralidad de’opciones, en la representación de unas realidades sociales en las instituciones. Estas deberían reflejar esta pluralidad más allá de los escaños parlamentarios, a la vez que <strong>los socialistas tendrían que actuar de manera consecuente con la mayoría de votos</strong> que tienen detrás.</p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>El elector del PSC –socialista o no—tendría que ser consciente de que forma parte de esta mayoría social. Y sabe, ahora con total certidumbre, que forma parte de una ciudadanía que es perfectamente capaz de volver a votar a los que le han mentido y han malgobernado: <strong>el desgobierno no penaliza en Catalunya en unas elecciones,</strong> de momento (en todo caso alimenta una abstención que alguien tendrá que investigar, y muy pronto). Pero esta realidad ha de ser afrontada, en las bases mismas, cuando los agitadores que apoyan la mentira y se permiten negar la condición de compatriotas a los que no piensan como ellos se vean obligados a ver que estos que son negados por ellos han tomado una fuerza no sólo social, que ya la tenían, sino política e institucional. La victoria del partido socialista implica que no sólo “són més del que ells volen i diuen” sino que <strong>tienen detrás una fuerza política nacional, constitutiva de la democracia catalana contemporánea,</strong> que responde en sede parlamentaria de lo que ellos quieren y dicen. Mucho más que una valiente “patrulla nipona” resistente, per cierto y con el debido respeto; Catalunya ha vuelto… y <strong>el socialismo catalán también.</strong></p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>Esto, ciertamente, compromete <strong>gravemente al partido socialista</strong>. Lo compromete a <strong>buscar un camino de cara a una mayoría pactada</strong> de modo digamos sofisticado pero también <strong>lo compromete a mantener, si es que lidera la oposición, una contraposición activa, </strong>tanto de cara a la mayoría gobernante secesionista como a la cultura nacionalista que la sostiene. Con el debido respeto, aquí no nos encontramos en el caso en el que la persona que quedó autorizada por los votos a ser jefe de la oposición hizo mutis por el foro al día siguiente de haber sido elegida. <strong>El partido socialista tendrá que ser consciente de que</strong>, en el govern o en la oposición, si actúa de manera consecuente en un sentido u otro y con todas las implicaciones <strong>habrá vuelto a ser quien estaba llamado a ser.</strong> Se ha acabado aquello de “las almas” en su seno; tampoco hay una cierta melancolía de lo que un día pudo haber sido: nos encontramos con <strong>un partido socialista fuerte y altamente representativo.</strong> Ahora no hay excusas y queda abierto para visualizar una representatividad social y cultural contundentes traducidas de la representatividad política fehaciente.</p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>Podría darse el caso de que el partido socialista formase parte de una mayoría de gobierno, porque en la política catalana la palabra dada vale lo que vale y la firma que se pretende veto no llega a palabra sino y a lo sumo a gesticulación. En cualquier caso, el hecho de que una mayoría social haya votado lo que ha votado quiere decir que <strong>el nacionalismo no ha conseguido apropiarse de la nación.</strong> Los ciudadanos que querían decir basta lo han dicho y esta palabra se ha hecho su sitio de manera mayoritaria en la sede de la soberanía popular. Estp tiene <strong>una importancia estratégica que no hay que infravalorar:</strong> ahora mismo y visto todo lo que hemos llegado a ver, el nacionalismo secesionista ha conquistado una mayoría política y si se quiere una hegemonía cultural; este movimiento no se desvanecerá y continuará siendo importante. Peroò no está escrito en ninguna parte que el secesionismo haya de decidir el futuro de la nación. Ahora las personas que no quieren esto han demostrado e instituido que son mayoría.</p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>Y todavía menos tras la victoria del partido socialista. Es posible que las cosas aún no lleguen a ser diferentes pero nada volverá a ser igual. Si los ciudadanos y sus representantes –unidos per el ”efecto Illa”, que ha funcionado—ponen la cabeza a enfriar y actúan con la energía que distingue a los ganadores.
El partido socialista gana las elecciones: nada volverá a ser lo mismo
GABRIEL JARABA</strong></p>\n<!– /wp:paragraph –>\n\n<!– wp:paragraph –>\n<p>El partido socialista ha ganado las elecciones y nada volverá a ser lo mismo. Tanto si ERC, con la que ha empatado en escaños, busca gobernar con JxC con el apoyo de CUP, como si durante los próximos días asistimos a uno de los <strong>espectáculos de luz y de color</strong> […]
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