Ligar en Mercadona

En esta vida de rebajas los sueños húmedos suelen ser inquietantemente caseros.

GABRIEL JARABA

El meme del año ha resultado ser la tontería de que en Mercadona se iba a ligar de 7 a 8 con la contraseña de llevar una piña invertida y chocar de manera aparentemente fortuita con los carritos. Ha resultado ser una patraña pero muchos han caído en el engaño o por lo menos en dar pábulo a este rumor sin fundamento. Uno se pregunta qué puede llevar a la gente a conceder verosimilitud a este tipo de estupideces y no le queda más remedio que pensar en algo muy sencillo: nos gustaría que fuera verdad. El sexo casual con amas de casa es un subgénero consolidado en la pornografía y la imaginación porno es muy fecunda. Cuando hemos especulado con que Mercadona fuera un emporio del dogging lo que en realidad hemos hecho ha sido recrearnos en la posibilidad remota de que la vecina fuese una pareja sexual ocasional, eventual y secreta, aunque en el fondo sospecháramos que se tratara de un bulo.

Así funcionan las fake news: no les damos crédito porque nos parezcan reales sino porque nos gustaría que lo fueran. Hay un recoveco en nuestra mente que siempre alberga la esperanza de que pueda suceder lo imposible, de que un día amanezca y nuestro sueño se haga realidad, aunque sea un sueño tan doméstico como echar un kiki con la vecina de enfrente sin problemas ni compromiso. Esa dimensión oculta de la mente humana es, a la vez, sede a la vez de su espíritu irracional y de su capacidad de supervivencia. Le podemos llamar ilusión pero es en realidad un subproducto de la esperanza, la cualidad que, según demostró Viktor Frankl, conduce a la resiliencia.

De modo que el funcionamiento evolutivo que favorece la supervivencia humana es una curiosa combinación de razón e irracionalidad: la razón para hacer lo que es necesario hacer y la irracionalidad para soñar con que se cumplan nuestras ilusiones. A eso se le llama abrir una puerta permanente al futuro y a ello se debe que el bicho humano aún no haya desaparecido como especie. Ustedes podrán reírse de este gen picarón que alimenta nuestra supervivencia pero en realidad está en la base del éxito de la lotería, los juegos de azar y el casino.  Y es tan eficiente que sirve tanto a las fake news como a los trileros. A Mercadona le ha regalado la mejor campaña de marketing sin que le costara ni un duro.

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