Una negra literaria que hace bien su trabajo

Laurence Débray es la autora de la biografía de Juan Carlos, una "negra" literaria que dignifica el oficio.

Laurence Débray ha hecho bien su trabajo y ha dignificado el trabajo de los negros literarios.

GABRIEL JARABA

Que nada menos que la hija de Régis Debray  haya hecho de negra literaria con el rey Juan Carlos es algo que nos reconforta a todos quienes nos hemos teñido la cara de betún alguna vez para ganar unas pesetillas. “Hijo mío, los periodistas tenemos que comer mucho caviar para poder traer un plato de sopa a casa”, dijo una vez un estibador de la pluma a su retoño para ilustrarle sobre la profesión de su padre. Laurence Debray, que exhibe orgullosa el apellido del que fue compañero de lucha del Che Guevara, ha puesto el magnetofón, la pluma y el cerebro para la confección del libro “Reconciliación”, aunque en la portada no figura su nombre sino el de Juan Carlos I, sobre una fotografía suya de registro solemne.

Ya se sabe que muchas biografías no aparecen firmadas por quien las ha escrito y simulan que el autor es el biografiado, de modo que eso no debería escandalizarnos. Ello forma parte del negocio editorial y todos sabemos a qué atenernos. En este caso además Laurence Débray se ha mostrado siempre como una vigorosa defensora del ex rey y de su papel en la transición española; el título del volumen sí que parece ser de su autoría y de manera rotunda. Podríamos decir que la gestión de esta biografía se debe al empeño de la autora, disconforme con la consideración que de Juan Carlos se ha hecho en la España de los últimos tiempos. Ha sido más que una «ghost witer», que es como se llama en inglés a estos profesionales; un negro que carga sobre sus espaldas la construcción de un libro a partir de la nada o de muy poco es mucho más que un evanescente fantasma.

De manera que bien está lo que bien acaba y la biografía de Juan Carlos, independientemente de su contenido, será un elemento a tener en cuenta por los historiadores, al lado de los hechos y avatares protagonizados por el biografiado. Vale la pena comparar la consistencia –o coherencia, si se quiere—del libro con la peripecia del vídeo promocional que Juan Carlos acaba de emitir, y que ha sido calificado de “inoportuno e innecesario” por la Casa Real. O con la entrevista realizada por la cadena France 3, otra acción promocional de eficacia dudosa a efecto de la reivindicación del personaje. Siguiendo los comentarios que los observadores han hecho de esta pieza audiovisual, uno podría decir que un biografiado de esta laya hace bien cuando escucha los consejos de su biógrafa y se ajusta a su modo de trabajar y queda en evidencia si en algún momento se aparta de ellos.

La dignificación de la negritud literaria que ha llevado a cabo Laurence Debray debería estudiarse en los másters de escritura que se imparten por ahí. Creer en el biografiado, suministrarle un cañamazo literario en el que asentarse, susurrarle al oído “recuerda que eres mortal” como se hacía con los generales de Roma mientras hacían su desfile triunfal, son tareas que uno no sabe si este tipo de protagonistas aprecia pero cuyo valor aparece cuando los tipos se atreven a alejarse de su guía. Muy a menudo los personajes que publican libros escritos por negros acaban creyéndose que los han escrito ellos.

Artículos relacionados
Gabriel Jaraba Online
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.