
GABRIEL JARABA
La primera vez que oí hablar de José Manuel Pérez Tornero fue en octubre de 1991, en la revista ‘Cuadernos 90’, un mensual de inspiración socialista que dirigiíamos entre Francesc Trillas, Xavier Rubert de Ventós y un servidor, bajo la inspiración de Raimon Obiols. Quico Trillas me llamó la atención acerca e él: estábamos preparanso un especial sobre la televisión pública y nos hacía falta un verdadero experto, y allí que aquel joven profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona corrió a asesorarnos. Pérez Tornero no sólo
era profesor, i después catedrático, de periodismo sino un investigador que tenía wn la cabeza toda la reflexión sobre los medios públicos de comunicación, la televisión educativa y la relación entre una democracia digna de tal nombre y unos medios de calidad. A un servidor, que entonces ejercía la crítica de televisión a ‘El Periódico’ y se ocupaba de la materia como a redactor jefe de este diario, le sorprendió este experto provisto de una amplísima cultura humanista, periodista professional él mismo. No abundaba la gente que se timaba en serio la comunicación t aún menos quien reflexionaba sobre ella en clave de calidad democrática, y cuando alguien hablaba de televisión y política era dándose codazos para hacerse un lugar entre la batalla partidaria.
De manera que a partir de aquel momento José Manuel y yo fuimos coincidiendo en diversos foros internacionales sobre televisión, esta vez con un servidor pasado al otro lado, representando a la dirección de TV-3 en estos espacios de debate. Y así descubrí que su reflexión sobre la televisión pública era parte de una consideración global de la democracia encabezada por la educación como acción distintiva de la vida democratica. Tornero no se limitaba a teorizar, que no es poco: construyó la moderna televisión educativa de España, comenzanso por el programa ‘La aventura del saber’ y accedió a la presidencia de la asociación de televisiones educativas iberoamericanas.
Ahora mismo su inminente nombramiento como presidente de la corporación Radiotelevisión Española encuentra a José Manuel Pérez Tornero convertido en uno de los grandes expertos internacionales de la UNESCO en materia de alfabetización mediática e informativa y asesor de la Unión Europea en medios de comunicación públicos. La reflexión torneriana sobre la comunicación y la educación como eje articulador de la democracia de calidad ya ha sido desplegada y muestra reflejos tornasolados del pensamiento de Edgar Morin sobre la sociedad compleja. Acaba de publicar el primer volumen de una obra de dos titulada ‘La gran mediatización’ (Ed. UOC) en la cual el análisis de lo que él llam “la expropiación de nueostras vidas” que empezó con el proceso de digitalización general se extiende a nivel civilizacional. Pero su tarea, una vez concluido el proceso de consenso entre fuerzas políticas y sus consecuencias, será abrir un camino que permita a la televisión y ràdio públicas del estadot dirigirse hacia la viabilidad, a la relevancia social y al cumplimiento de la su misión como ente público.
Hasta ahora mismo José Manuel y un servidor hemos estado colaborando juntos en el Departamento de Periodismo y Ciencias de la Comunicación de la UAB y en la Cátedra Unesco de Alfabetización Mediática y Periodismo de Calidad. Ahora él “pasa a mejor vida” ilusionado por el reto de enderezar RTVE a partir de la confianza, sincera y fundamentada, que tiene en el talento de sus profesionales. Solamente tiene un problema: que se lo cree. No es un burócrata y aún menos un oportunista al servicio de una trapacería política. Cree en los medios públicos y cree que el camino pera RTVE existe. No es una ilusión o un acto de buena fe: he visto el plan estratégico que presentó al concurso de candidatos a miembros del consejo de administración de RTVE y no es ninguna broma. El problema de los que se impliquen con él es que se lo tienen que creer porque va de veras y eso no se puede negar. Y llegará un momentn en que quienes le apoyan tendrán que certificar con hechos operativos las previas acciones políticas.