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Educación, comunicación y educación a distancia: riesgos y oportunidades

alumnos master

La verdadera cuestión que está en juego reside en la naturaleza de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) como mediación educativa. Esa mediación no puede ser considerada de un modo meramente instrumental.

Toda teoría de la comunicación es en el fondo una teoría de las mediaciones, y no sólo en el campo de la comunicación mediada: qué elementos intervienen para que una acción humana (acción comunicativa) sea llevada a cabo. Y va más allá de la mediación misma, extendiéndose al conjunto de la actividad humana. La comunicología que estamos construyendo ha de desembocar en una mediología.

Toda acción humana tiene su origen en una intención, y esa intención es, respecto a sus consecuencias, esencialmente y en última instancia comunicativa y su propósito es comunicar. Actuar es pretender transformar;la transformación humana de su entorno material, social y cognoscitivo se lleva a cabo mediante la cultura; esa transformación mediante la comunicación, la cultura y la tecnología que es inseparable de ambas es lo que contiene el aprendizaje. El aprendizaje es la forma que adquiere la conducta adaptativa y evolutiva de los seres humanos. Estamos obligados a aprender para sobrevivir y evolucionar, como indivíduos y como especie.

En el caso de la educación y la comunicación corremos el riesgo de cometer el mismo riesgo del abordaje protocientífico de la comunicación mediada, que fue considerar a los medios como simples instrumentos que permiten manipular en un sentido u otro, meras herramientas adaptables a necesidades comerciales o políticas. La mentalidad popular todavía está fijada en las descartadas teorías de causas y efectos de hace más de 50 años (la famosa “aguja hipodérmica”) y en el caso de la educación esta superstición sobrevive al creer que basta con equipar con ordenadores las aulas o reducir al profesor a un mero organizador de usos de tecnologías para que se produzca el cambio deseado a un nivel superior de instrucción.

Las nuevas tecnologías irrumpen en la educación de diversos modos:

Como un elemento disruptor que, proveniente del exterior de la escuela, y más exactamente del ámbito de entretenimiento del alumno, actúa como perturbador y diversificador de la atención.

Como una posible herramienta en manos del docente mediante la cual aproximarse a las realidades sociales y culturales del alumno de modo que pueda ser usada como elemento de motivación (motivación es hacer que alguien haga lo que no quiere hacer). En el fondo como un mal menor aceptable si actúa como motivador o aproximador.

Como una nueva mediación educativa posible que permite aprovechar capacidades latentes que encuentran en ella un medio excelente de actualizarse.

Riesgos:

Considerar las nuevas tecnologías como un mal menor que admitir gracias a su poder motivador. De este modo les concedemos, engañosamente, un poder mágico, ex opere operato.

Creer que la acción mágica tecnológica disminuye el papel del docente, produciéndose una traslación de la acción educativa de este a aquellas.

Pensar que el puente que la mediación tecnológica tiende entre la realidad escolar y la realidad cultural del entorno del alumno es suficiente como elemento motivador y educativo.

Creer que una versión “educativa” del entretenimiento propio de la cultura generacional del alumno es suficiente para producir motivación y aprendizaje.

Oportunidades:

Hacer una revisión de las teorías del aprendizaje a la luz de la naturaleza, estructura y acción de la nueva mediación tecnológica.

Someter a crítica tanto las insuficiencias de los paradigmas de las teorías previas como las del pensamiento mágico del solucionismo tecnológico.

Ampliar la gama de dinámicas educativas dentro y fuera de la escuela,haciendo que la mediación tecnológica sirva para agrupar e integrar elementos de la vida y el mundo de los alumnos que hasta el momento permanecían fuera del espacio educativo y que ahora podrían ser incluidos (de hecho esto es lo que siempre han pretendido las corrientes educativas innovadores, desde las basadas en la psicología humanista hasta los métodos Montessori, Pestalozzi y Waldorf, por ejemplo). Pero ir más allá del “instruir deleitando” y ser capaces de utilizar nuevas situaciones que pueden ser atractivas pararescatar al alumno de su mundo pequeñito y hacerlo extasiarse ante la enormidad del mundo que se abre ante su vida.

Ampliar y profundizar las competencias cognitivas, lingüísticas y simbólicas del alumno mediante esa ampliación del mundo que las tecnologías median y la riqueza de interacciones que propician.

Nos hallamos pues ante la tentación de un nuevo conductismo: el viejo aprendizaje por imitación y repetición barnizado con TICs.

Si en un mundo en que todo comunica y es imposible no comunicar y donde la mediación está siempre presente en toda acción humana,  la presencia de las TIC en la educación es la de unas nuevas mediaciones que deben ser consideradas en términos comunicacionales, lingüísticos, hermenéuticos y sistémicos.

Este mundo que abren las nuevas mediaciones se descubre, comprende y aprehende mediante competencias lingüísticas y conceptuales. La competencia audiovisual es también una competencia lingüística y no se puede distinguir entre ambas: no se puede interpretar una imagen si no hay un sustrato y contexto en el que esa interpretación, siempre lingüística, se dé.

Las mediaciones no son herramientas ni mecanismos. Las mediaciones son elementos de un sistema cognoscitivo que no se pueden separar del mismo. La mediación puede cambiar pero el proceso cognitivo sigue en pie con sus retos y posibilidades.

Por tanto, es necesario que el diálogo entre teorías del aprendizaje, desempeño educativo y nuevas tecnologías genere unas nuevas perspectivas respecto al papel y naturaleza de las mediaciones y al modo como estas se articulan en un único proceso de comunicación, educación y desarrollo personal y social.

En el caso de la educación a distancia hay que entender que ya no se trata de “cursos por correspondencia”. Esa educación en línea es en realidadeducación en red: el proceso educativo mediado por internet introduce a docentes y discentes en un mismo espacio comunicativo con múltiples interacciones posibles (en la educación por correspondencia se trataba de una mera emisión de materiales, recepción y respuesta incluyendo la tarea requerida). La calidad de este tipo de educación depende no sólo de los materiales y acciones propuestos sino de la capacidad de crear una esfera de interrelación humana en la que se den los procesos educativos mediados no sólo por los instrumentos tecnológicos sino por la calidad de las acciones de las personas concernidas.

La educación a distancia no es virtual sino real. Pues se produce en la esfera mental, algo que se aproxima a la “gnoseosfera” propuesta por el antropólogo Pierre Teilhard de Chardin: una esfera de conocimiento en la que estamos todos inmersos del mismo modo que lo estamos en una atmósfera de aire respirable; la segunda, donde se da nuestra vida biológica, la primera, donde se da nuestra vida cognitiva.

Para ver cómo lo hacemos: Master en Comunicación y educación online.

Libros recomendados:

Guía de Tecnología, Comunicación y Educación para profesores: preguntas y respuestas. José Manuel Pérez Tornero y Santiago Tejedor, eds.

La integración de las TIC y los libros digitales en la educación. José Manuel Pérez Tornero.

Alfabetización mediática y nuevo humanismo. José Manuel Pérez Tornero y Tapio Varis.

Empowerment through media education and intercultural dialogue. Ulla Carlsson, Samy Tayie, Geneviève Jacquinot-Delaunay, José Manuel Pérez Tornero.